Dentro del universo de las Tecnologías de la Información (TI), existen un gran número de términos que son utilizados con mayor o menor regularidad y que su definición puede ser mucho o poco conocida.
Si eres de los que se interesa con mayor detalle (y si no, acá te explicamos) sobre el uso y utilidad de algunas partes de la infraestructura de la tecnología, probablemente has escuchado en algún momento hablar sobre el sobreaprovisionamiento.
En este artículo hablaremos un poco sobre qué es, por qué se emplea, en qué momento deja de ser aceptable y cómo evitarlo.
Antes de comenzar, debemos conocer desde qué lugar se crea el concepto, pues primero está la palabra “aprovisionamiento”, un término que tiene un origen diferente al de las TI.
En términos simples, se trata de la adquisición y el control de los recursos que utiliza una empresa para su operación. ¿Y cómo esto se relaciona con el mundo tecnológico? Sigamos…
Este otro término vive, probablemente, su momento de mayor fama en el mundo, pues su uso se ha vuelto sumamente común en los últimos años, aunque probablemente pocos saben de qué se trata en realidad.
Para decirlo de forma simple, una SSD no es más que un dispositivo de almacenamiento de datos, también conocido como una unidad de estado sólido.
¿Y por qué este tipo de dispositivos viven su mejor momento? En gran medida a que entre sus ventajas está la velocidad con la que son capaces de procesar la información que contienen.
No obstante, es justamente en una SSD donde el sobreaprovisionamiento puede hacerse notar con mayor claridad.
Ahora sí, ¿recuerdas que hablamos del aprovisionamiento? Piensa en todo aquello que una empresa necesita para operar correctamente. Ahora, haz lo mismo pero pensando en una unidad de almacenamiento.
Es decir, para que una unidad de almacenamiento pueda utilizarse, se requiere que una parte de ese almacenamiento se mantenga ajena y se utilice exclusivamente para el uso de la controladora que la operará.
Entonces, por ejemplo, si adquieres un celular o una consola de videojuegos, su almacenamiento, aunque sea de cierta capacidad, jamás estará completamente a tu disposición, pues un porcentaje deberá utilizarse siempre en todo aquello que necesita para funcionar de buena forma.
Es un detalle que, seguramente, ya habrás notado antes al adquirir algún dispositivo, por ejemplo, con 512 gigas de capacidad y que, al comenzar a utilizarlo, solamente tiene 480 libres para el disfrute del usuario.
El aprovisionamiento es, por así decirlo, una configuración o un mal necesario. No obstante, en un momento determinado podría ser un poco más molesto. Por ejemplo, existen dispositivos que, por configuración de fábrica, convierten todo el espacio libre de un SSD en sobreaprovisionamiento.
¿Para qué? La intención es, por un lado, incrementar un poco el ciclo de vida de la unidad de almacenamiento y, por otro, mejorar el rendimiento de la controladora del dispositivo, al darle mucho más rango de caché.
Sin embargo, este tipo de configuraciones pueden presentar complicaciones, especialmente en algunos dispositivos, si el espacio libre se llena. Es decir, si la SSD no cuenta con ese rango de maniobra para su caché.
Dicho de otro modo, no se puede decir que el sobreaprovisionamiento sea malo como tal y tampoco es el tema de debate de nuestro artículo. Lo que queremos es señalar que es uno de esos factores que vale la pena tener presentes al adquirir productos o servicios que conlleven una SSD.
Quizá ya a estas alturas muchos estén acostumbrados al sobreaprovisionamiento, en gran medida porque es algo que simplemente se activa o no, sin mayor permiso del usuario, pero, ¿nunca te has preguntado si es justo, por ejemplo, contratar un servicio de 1 terabyte que se te entrega con muchos gigas menos?
Imaginemos un estacionamiento que decides rentar. Según el anuncio, son 50 cajones para autos convencionales y, al momento de revisar, solamente puedes estacionar 40, pues los otros 10 espacios se utilizan para el acceso, la salida y el espacio de maniobra de los vehículos.
Ahora, en la misma metáfora, imagina que tu estacionamiento solamente tendrá espacio disponible de acuerdo a los automóviles que ingreses y que, si de casualidad se te ocurre llenar esa capacidad, quizá tengas muchas dificultades para sacar cada vehículo de su cajón.
En términos de configuración, se pueden buscar distintas rutas para desactivar el sobreaprovisionamiento, aunque esto último puede conllevar hacer uso incorrecto de equipo de cómputo que, por ejemplo, una empresa arrienda a otra.
Además, esta alternativa, incluso en equipos propios, podría causar problemas en la configuración de los equipos, especialmente si lo hace un par de manos inexpertas. Por ello, la reparación de estos malos manejos podrían resultar complicada.
¿Cuál es el mejor camino? Acercarte a un proveedor experto, como Compucentro, donde pueden aclarar tus dudas y ofrecerte más opciones para no tener siquiera que pensar en el sobreaprovisionamiento, sino en emplear y pagar exactamente lo que utilizas.